26 ene 2011

flashback II

Ya se que no tiene  nada que ver  pero  en esta siesta de invierno, en la que debería  hacer frío,
de repente recordé la fiesta de la primera comunión de Ximena hace como  20 años, también en una tarde de agosto.
Medio a  destiempo  porque  había tenido  gripe en junio, cuando todas las demas compañeras del cole hicimos  la  fiesta.  El festejo fue al aire libre en un club de abogados o  contadores y ella con su vestido blanco  en  el  viento cargado de  tierra.
Yo era  la única invitada de la clase, los demás concurrentes eran los primos o hermanos, siempre torvos y agresivos. Me sentía  un poco  fuera de lugar con mi campera rosa.
Uno de los chicos  rompió el aro  de basquet, que cayó  en miles de añicos  en el  suelo. Junté  muchos  pedacitos de vidrio que se me  antojaron diamantes falsos que podría usar  en algun invento futuro. Los guarde para siempre en el bolsillo de la campera.
La torta, como era de esperarse,  blanca con adornos amarillos. El colorante  me pareció algo excesivo, de un matiz muy saturado casi  naranja en contraste con el   delicado tono  pollito que  tenian los firuletes de  mi  torta de comunión.
La luz mortecina  de la tarde y  los  pulóveres con hombreras de las mujeres me  daban un poco  de tristeza, como que estaba en una fiesta  falsa. La  noche  iba a  llegar, entonces volver en el auto con los restos de la torta. La modorra  y  la sensación del polvo pegado al pelo y al cuerpo.
Los baños de cada uno de los familares, con el  tele y la angustia dominguera de fondo…
Ya se  que todo está en mi mente, pero no puedo ignorarlo, todo esto esta pegado  a esa rama seca que puedo  ver  por la ventana del living, esta mentira de  invierno.

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