26 ene 2011

Dream nº9

Empezaba en una  insípida  reunión  de  ex compañeras de colegio entre las que estaba yo  y  mi  eterna antagónica prima. En un momento dado  yo me animaba a poner en palabras lo que siempre he pensado de ella: que es una  caprichosa-imbécil-manipuladora.
Acto seguido  me levantaba y  salía corriendo  tras el sonido  de lo que yo creía  era un  recital de Morrissey.
De  lejos podía ver el escenario y un montón de gente,  efectivamente  Morrissey  se deslizaba en una suerte  de pogo  muy prolijo hacia  el final  de la multitud. Como si estuviera caminando sobre el agua, en dirección a mí. Estaba joven  y hermoso  como  en los  tiempos de The Smiths. Lo alcanzo, lo abrazo  efusivamente y  le  digo  “te quiero!” al  oido. Risueñamente y sin tocarme  se zafa del abrazo  fanático  y contesta en perfecto español  “gracias!”.
Vuelve  al escenario  de la misma  mágica manera en  que  llegó a  donde yo estaba.
Y entonces empieza el concierto pero parece haber una  falla de sonido porque no  se puede escuchar nada. El público, arengado por mi (¡!) empieza a  quejarse con cánticos de guerra.
El baterista  de la banda patea los equipos y  Morrissey  y los suyos  abandonan el escenario. La gente está  furiosa.
A la  salida  del concierto alguien  me  cuenta que  el Perro  y Jorge Castro eran los organizadores y  se me hace muy claro  que  estos  idiotas  hicieron fracasar el  concierto.
También me entero  de que  les dieron una golpiza (los musicos de Mozz?) y me alegro de que  asi  haya sucedido.
Ahí mismo  conozco a un  chiquillo  no demasiado atractivo  que  me seduce, intercambiamos teléfonos y  yo me  vuelvo a donde habia  venido. Me encuentro  con que  mis ex compañeras  se han ido  y  han dejado mis cosas (mi cartera y etc.) abandonadas  debajo de unos escombros.  Junto mis pertenencias y  me  vuelvo a casa.
Resulta que ahora  vivo  con mi padres, que estan viejos y enfermos, en un departamento mil veces modificado.
La entrada del departamento tiene  una estrechísima escalera  que lleva al primer piso, donde vivimos. Luego de vivir un angustioso  episodio de claustrofobia  en  esa escalera, llego al primer piso en donde me encuentro con mis padres. Mi madre  se ha desvanecido  y  mi padre la  asiste.
Por contraposición a  la escalera de entrada, el primer piso tiene  techos altísimos y es bastante  lindo. Como una casa antigua  y reciclada en los 90s.
En seguida estoy  caminado por un horrible pasillo de  departamentos  tipo torre, dirigiéndome a mi verdadera  morada, voy charlando muy entretenida con Maria Jose, que  yo no veía desde los tiempos  de la secundaria  y ahora esta  envejecida y con animo de revisar  todo aquel tiempo ominoso del colegio  de monjas.
Lleva consigo enormes carpetas  con dibujos  porque ahora es artista visual. En un momento  nos sentamos en el piso, justo al frente  de la puerta de mi  departamento. Seguimos  hablando de lo ridículo del pasado  y  yo alcanzo a decir  algo sobre el doble discurso.
Entonces de mi puerta  sale Sofia, que  viene a  ser mi roomate y  pasa entre nosotras  muy apurada, despidiendose en francés.
Desparece Maria José y yo  ya estoy en mi casa,  tratando de dormir aunque es de dia.
Recibo SMS del chiquillo seductor, dice que  quiere venir a verme. Yo contesto  sin mucho entusiasmo aunque me estimula  pensar  en un poco de  histeriqueo con  él.
En la escena siguiente, el chiquillo  y  sus  socios  (pertenece a  un  grupo de gestión cultural que se llama Mole) invaden mi departamento y me  revelan cosas de mi misma de las que yo no tenía idea.
Cosas relacionadas a mi  imagen pública  que  yo percibo totalmente  opuestas a mi realidad.
En un momento  me doy cuenta de que Mole tiene algo que ver con el  recital corrupto y fracasado de Mozz. Entonces empiezo a  desconfiar de toda esa gente en mi living, hablando de cosas de las que yo no tengo idea. 
De todas maneras  y como último intento, me las arreglo para acorralar al chiquillo en  la  cocina y  darle unos besos  o algo asi. Confirmo asi que  realmente el no me gusta y me encierro en el baño sola.
Alli encuentro   un  frasco  de  esmalte para uñas, probablemente de Sofia, color   chocolate  o naranja fuerte. La marca del esmalte  es Mole. Me digo a mi misma que Mole  es mucho mas grande  de lo que yo pensaba y que sin dudas  las maniobras seductoras del chiquillo  tenían como fin algo de espionaje, no había una atracción física real.
Salgo del baño  y  se han ido todos, vuelvo a la  cocina  y alli me encuentro con mi amiga
Celeste, a la que  hace años que no  veo. Esta  haciendo una de sus  famosas tartas de cumpleaños, un lemon pie enorme y destartalado, con crema  de limon amarillento de sospechosa fosforescencia.
Nos reimos  juntas de algun chiste  absurdo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario