Otra vez en la casa mágica de los sueños.
La casa grande y deshabitada de los sueños. Esta vez yo tenía vestido negro y rodete ( un look bisabuela).
Volaba, podía dar pequeños saltos y mantenerme suspendida en el aire, era divertidísimo. Había un espejo gigante donde podía verme, con ese atuendo increíble y flotando!
Todo bañado por una luz dulce y amarilla. Por un rato estuvo bien asi, pero mas tarde me empezó a dar mucho miedo.
Se intuían los fantasmas. Era obvio, la casa estaba llena de presencias invisibles. Tuve que irme.
Se acercaba la noche.

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