31 ene 2011

Broadcast and the Focus Group

Creep



WHEN YOU WERE HERE BEFORE
COULDN´T LOOK YOU IN THE EYE
YOU´RE JUST LIKE AN ANGEL
YOUR SKIN MAKES ME CRY
YOU FLOAT LIKE A FEATHER
IN A BEAUTIFUL WORLD
I WISH I WAS SPECIAL
YOU´RE SO FUCKING SPECIAL
BUT I ´M A CREEP
I ´M A WEIRDO
WHAT THE HELL AM I DOING HERE?
I DON´T BELONG HERE

I DON´T CARE IF IT HURTS
I WANT TO HAVE CONTROL
I WANT A PERFECT BODY
I WANT A PERFECT SOUL
I WANT YOU TO NOTICE
WHEN I´M NOT AROUND
YOU´RE SO FUCKING SPECIAL

I WISH I WAS SPECIAL

BUT I´M A CREEP
I´M A WEIRDO
WHAT THE HELL AM I DOING HERE?
I DON´T BELONG HERE

SHE´S RUNNING OUT AGAIN
SHE´S RUNNING OUT
SHE RUN, RUN, RUN RUN
RUN

WHATEVER MAKES YOU HAPPY
WHATEVER YOU WANT
YOU´RE SO FUCKING SPECIAL
I WISH I WAS SPECIAL
BUT I´M A CREEP
I´M A WEIRDO
WHAT THE HELL AM I DOING HERE?
I DON´T BELONG HERE
I DON´T BELONG HERE.

oops...


Quería  levantar  su imagen pública  después de que un best seller   basado en hechos reales la
había dejado muy mal parada.
Movió todos sus contactos  y de la noche a la mañana se hizo traer al videasta parisino mas
trendy del mundo para hacer un documental  de distribución exclusiva para lectores  de la editorial.
La idea era  mostrarse  fresca y natural en su entorno de trabajo para  desmitificar la imagen   
de bruja psico ganada tras  la publicación del odioso libro (escrito por una  ex  secretaria despechada).

Paradójicamente los resultados fueron  aun mas  nefastos para su  imagen.
Resultó que  el francés se  concentró  en  su aspecto mas awkward, la mostró  tal cual es:
una  mujercita  triste, insegura y probablemente frígida.
Mejor mala que  ñona, no?

28 ene 2011

Disgustos de temporada alta


Justo cuando creía estar  bañándome en completa soledad en la parte alta del rio, prudentemente alejada de los vecinos, oigo unas vocecitas a mi espalda.
Una parejita adolescente, el con granos, ella con chichas por todos lados.
Me preguntan  dulcemente si hay  por aquí alguna olla para bañarse.
Naturalmente les miento:
- Hay una mas allá pero  a esta hora  ya no debe  tener más sol y mas arriba se pone complicado, mucha piedra y víboras…

Esto no podía  ocurrir sino en pleno Enero.

Odio el verano.










Trámites

El consulado de Alemania en Córdoba queda atrás de un  taller mecánico en Villa Páez. 
Es  una  oficina rectangular con alfombra  beige y posters de ciudades a las que nunca iré como Bremen o München.
La secretaria es amable y previsiblemente rubia, no se entiende bien si es argentina o alemana porque su español  suena duro y cuadrado. Al terminar la entrevista me dice:

- Yo hace  seis años que estoy esperando que me reconozcan la ciudadanía, asi que imaginate…

Afuera llovía, era Febrero. Nos habíamos levantado temprano para ir a hacer la consulta. Yo todavía estaba un poco dormida. Fuimos por un café a una estación de servicio.
Mirando la hojita fotocopiada que  la secretaria nos había entregado (con innumerables escollos burocráticos  para  residir en Alemania) me largué a llorar.

Soñé que  me despertaba en un auto en medio de la ruta,  estaba   tendida en el asiento trasero, tapada con un peluche blanco. Afuera del auto, mi chofer lloraba porque el auto se había roto y no podía arreglarlo, yo lo miraba  muda e inmóvil:  tampoco yo podía ayudarlo.
De repente, llega una ambulancia, una suerte de raid paramédico-mecánico que acude en  su ayuda.
Mientras   unos técnicos  revisan la avería (un neumático aplastado, muy raro) la psicóloga ofrece apoyo y contención al chofer. Lo  abraza como a un niño y  le acaricia la  cabeza, consolándolo.
La psicóloga no es otra  que una  ex compañera mía del secundario con la que  me cruzo  constantemente en  el barrio porque se mudó a la vuelta de mi estudio. Las dos hacemos de cuenta que no nos reconocemos, en una comedia idiota y resentida. Seguro  que  actualmente es psicóloga o asistente social, seguro que sería capaz de hacerme sentir  tan mal conmigo misma en la realidad como en este sueño.
Mientras acunaba al lloroso chofer, yo, sentada  junto a  ellos no podía decir ni una palabra.

27 ene 2011

fake it



Y meses después de  que estás muerta,  encontrar  este video en la  web en el que  mostrabas tontas carteras  y fingías  ser una parisina estúpida y bonita.
Todo era insostenible: desde la falsa cabellera   rubia, los saltitos y la sonrisa   omnipresente.
Una sonrisa que no se cree nadie, con la que  uno puede darse cuenta que todo es un artificio.
Da la impresión  que si una compra esas carteras se convertirá  en una ridícula  chica triste que se esfuerza por aceptar que la felicidad es ser bonita  y saltar por  Montmartre con  el  i-phone constantemente sonando.
 

Dream nº8


Otra  vez en la casa mágica de los sueños.
La casa grande  y deshabitada de los sueños. Esta vez yo  tenía vestido negro y rodete ( un look bisabuela).
Volaba, podía dar pequeños saltos y mantenerme suspendida en  el aire, era divertidísimo. Había un espejo gigante donde podía verme, con ese atuendo increíble y flotando!
Todo bañado por una luz dulce y amarilla. Por un rato estuvo bien asi, pero  mas tarde  me  empezó a dar mucho miedo.
Se intuían los fantasmas. Era  obvio, la casa estaba llena de presencias  invisibles. Tuve que irme.
Se acercaba la noche.

Culebróndel 2007 - Primera entrega

Entonces  pensó que  no había sido lo suficientemente  rápido como  para verlo venir:
Darlo había  mudado completamente su piel en pocos días, delante  de sus  ojos.
Ahí estaba: dándose una ducha mañanera (eran casi las doce)  con la puerta  del baño en suite totalmente abierta.
Cayo,  tirado sobre la cama deshecha, podía observarlo bien, quizás con un poco de timidez: aún le chocaba un poco la soltura con la que Darlo  exhibía su cuerpo. Aunque hubieran pasado ya cuatro meses desde que  andaban juntos, las desnudeces de Darlo siempre lo hacían sentir un poco provinciano, antiguo.
Mientras  lo miraba (desde la  semioscuridad del cuarto el baño se veía  tan luminoso, la espuma blanquísima  sobre la piel  de Darlo, las toallas  como de hotel,  el marco de la puerta encuadrando  la escena…) pensó  que  sus cuerpos eran casi iguales:  cortos, fibrosos y oscuros, de inequívocos rasgos  aborígenes. Darlo, así desnudo, podría ser  su hermano. La diferencia era, por ejemplo, el morral  que  Cayo usaba día  y noche, comprado en uno de esos kioscos del Subte en una escapada que hicieron a Buenos Aires cuando hacía unos  diez días que se conocían.
A  Darlo se le ocurrió de un momento a otro que podían tomar el próximo vuelo a  Aeroparque. Ese fin de semana tocaba no sé que banda en el Luna Park. Cayo, un poco lento y aturdido por tanta hierba,  pareció comprender que sí, las cosas eran  posibles con la tarjeta de  crédito de  Darlo.
No había que pensarlo demasiado, de hecho, Darlo ya estaba  comprando los pasajes  online. “Es la primera vez que  voy a subir a un avión”  pensó Cayo, mientras la impresora escupía sus tarjetas de embarque.
El resto fue vértigo: el hotel,  el sexo desordenado, en todo momento y lugar,  los pequeños escándalos de fumados en los restaurantes, las vidrieras de  Palermo…


El morral  fue el primer gesto de  desesperada necesidad de ser como Darlo, lo encontró de casualidad mientras esperaban el tren  (les encantaba viajar en Subte, les daba sensación de gran ciudad). Era la versión barata del morral de Darlo (neoprene gris, muchos bolsillos) y  Cayo se deslumbró, tanto por el parecido como por  el precio, totalmente accesible para su  exigida billetera. Lo compró, bajo la mirada  incandescente de  Darlo.
Ahora se sentía un poco estúpido por su inocencia, mirando el morral  ya deshilachado, colgando de su hombro. Darlo nunca se lo hizo notar, pero  ahora el podía distinguir esas diferencias y esta mañana mas que nunca.
Solo había pasado un fin de semana desde  la más cercana intimidad a este momento en que, Cayo, vestido,  tirado en la cama, observando a Darlo bañarse,  recién levantado,
a miles de kilómetros, casi a una vida de distancia…


26 ene 2011

musica linda para escuchar

http://www.myspace.com/siemusic

Perro maravilloso




Dream nº9

Empezaba en una  insípida  reunión  de  ex compañeras de colegio entre las que estaba yo  y  mi  eterna antagónica prima. En un momento dado  yo me animaba a poner en palabras lo que siempre he pensado de ella: que es una  caprichosa-imbécil-manipuladora.
Acto seguido  me levantaba y  salía corriendo  tras el sonido  de lo que yo creía  era un  recital de Morrissey.
De  lejos podía ver el escenario y un montón de gente,  efectivamente  Morrissey  se deslizaba en una suerte  de pogo  muy prolijo hacia  el final  de la multitud. Como si estuviera caminando sobre el agua, en dirección a mí. Estaba joven  y hermoso  como  en los  tiempos de The Smiths. Lo alcanzo, lo abrazo  efusivamente y  le  digo  “te quiero!” al  oido. Risueñamente y sin tocarme  se zafa del abrazo  fanático  y contesta en perfecto español  “gracias!”.
Vuelve  al escenario  de la misma  mágica manera en  que  llegó a  donde yo estaba.
Y entonces empieza el concierto pero parece haber una  falla de sonido porque no  se puede escuchar nada. El público, arengado por mi (¡!) empieza a  quejarse con cánticos de guerra.
El baterista  de la banda patea los equipos y  Morrissey  y los suyos  abandonan el escenario. La gente está  furiosa.
A la  salida  del concierto alguien  me  cuenta que  el Perro  y Jorge Castro eran los organizadores y  se me hace muy claro  que  estos  idiotas  hicieron fracasar el  concierto.
También me entero  de que  les dieron una golpiza (los musicos de Mozz?) y me alegro de que  asi  haya sucedido.
Ahí mismo  conozco a un  chiquillo  no demasiado atractivo  que  me seduce, intercambiamos teléfonos y  yo me  vuelvo a donde habia  venido. Me encuentro  con que  mis ex compañeras  se han ido  y  han dejado mis cosas (mi cartera y etc.) abandonadas  debajo de unos escombros.  Junto mis pertenencias y  me  vuelvo a casa.
Resulta que ahora  vivo  con mi padres, que estan viejos y enfermos, en un departamento mil veces modificado.
La entrada del departamento tiene  una estrechísima escalera  que lleva al primer piso, donde vivimos. Luego de vivir un angustioso  episodio de claustrofobia  en  esa escalera, llego al primer piso en donde me encuentro con mis padres. Mi madre  se ha desvanecido  y  mi padre la  asiste.
Por contraposición a  la escalera de entrada, el primer piso tiene  techos altísimos y es bastante  lindo. Como una casa antigua  y reciclada en los 90s.
En seguida estoy  caminado por un horrible pasillo de  departamentos  tipo torre, dirigiéndome a mi verdadera  morada, voy charlando muy entretenida con Maria Jose, que  yo no veía desde los tiempos  de la secundaria  y ahora esta  envejecida y con animo de revisar  todo aquel tiempo ominoso del colegio  de monjas.
Lleva consigo enormes carpetas  con dibujos  porque ahora es artista visual. En un momento  nos sentamos en el piso, justo al frente  de la puerta de mi  departamento. Seguimos  hablando de lo ridículo del pasado  y  yo alcanzo a decir  algo sobre el doble discurso.
Entonces de mi puerta  sale Sofia, que  viene a  ser mi roomate y  pasa entre nosotras  muy apurada, despidiendose en francés.
Desparece Maria José y yo  ya estoy en mi casa,  tratando de dormir aunque es de dia.
Recibo SMS del chiquillo seductor, dice que  quiere venir a verme. Yo contesto  sin mucho entusiasmo aunque me estimula  pensar  en un poco de  histeriqueo con  él.
En la escena siguiente, el chiquillo  y  sus  socios  (pertenece a  un  grupo de gestión cultural que se llama Mole) invaden mi departamento y me  revelan cosas de mi misma de las que yo no tenía idea.
Cosas relacionadas a mi  imagen pública  que  yo percibo totalmente  opuestas a mi realidad.
En un momento  me doy cuenta de que Mole tiene algo que ver con el  recital corrupto y fracasado de Mozz. Entonces empiezo a  desconfiar de toda esa gente en mi living, hablando de cosas de las que yo no tengo idea. 
De todas maneras  y como último intento, me las arreglo para acorralar al chiquillo en  la  cocina y  darle unos besos  o algo asi. Confirmo asi que  realmente el no me gusta y me encierro en el baño sola.
Alli encuentro   un  frasco  de  esmalte para uñas, probablemente de Sofia, color   chocolate  o naranja fuerte. La marca del esmalte  es Mole. Me digo a mi misma que Mole  es mucho mas grande  de lo que yo pensaba y que sin dudas  las maniobras seductoras del chiquillo  tenían como fin algo de espionaje, no había una atracción física real.
Salgo del baño  y  se han ido todos, vuelvo a la  cocina  y alli me encuentro con mi amiga
Celeste, a la que  hace años que no  veo. Esta  haciendo una de sus  famosas tartas de cumpleaños, un lemon pie enorme y destartalado, con crema  de limon amarillento de sospechosa fosforescencia.
Nos reimos  juntas de algun chiste  absurdo.

mozz


“…I don’t  think about that now, because  when  you  have struck the grand old age of 33,
you have to come  to some basic conclusions about your lifestyle and practically every night
of my life  has been the same, so  it is not  as I  have had ups and downs.
The day always end  up the same way,  with exactly the same scenario. I’m closing the door
and putting  the lights out and fumbling for a book.  And that’s it.
I find it  very unfortunate, but  then,  I could have  a wooden leg.”

Morrissey.  The sorrow and the pity by David Thomas Spin magazine, November ' 92.


Blue pants





El no podía saber que  yo lo veía.
Misteriosamente, yo  tomaba el Trole justo   al  frente de  su  edificio a  la misma hora que él bajaba a comprar  puchos  en un kiosco horrible.
Desde la  parada podía observarlo, esperando su turno,  haciendo la compra, sonriendo o comentando algo.
Despues prendiendo un cigarrillo y saliendo, un poco nervioso. Mirando sobre su hombro, acaso sospechando que alguien lo miraba?   
No, no podia  darse cuenta que yo  estaba ahí, no creo que me viera.
Seguramente sus lentes   de contacto color azul estaban lo suficientemente empañadas como para
 dificultar  la visión a larga distancia. Yo confiaba en eso. Porque  también me daba mucha fiaca saludarlo. Prefería observarlo y permanecer  en  el anonimato.
El  caso es que  así,  tenía una impresión totalmente  distinta  que la  que me generaba su presencia  cuando nos encontrábamos en casa de mi amigo D y  charlábamos y el desplegaba toda su afectación,
medía sus palabras, performatizaba  su vida.
De pronto podía  verlo descargado, un jueves a las diez de la noche. Indefenso.
Saber  tantas cosas de  el  y verlo de lejos en la calle. Con su clásico pantalón apretado y camperita  biker pero en zapatillas.
El, que siempre andaba de botas o zapatos con  taco.
En zapatillas  parecía  un chico triste y vulgar.

flashback II

Ya se que no tiene  nada que ver  pero  en esta siesta de invierno, en la que debería  hacer frío,
de repente recordé la fiesta de la primera comunión de Ximena hace como  20 años, también en una tarde de agosto.
Medio a  destiempo  porque  había tenido  gripe en junio, cuando todas las demas compañeras del cole hicimos  la  fiesta.  El festejo fue al aire libre en un club de abogados o  contadores y ella con su vestido blanco  en  el  viento cargado de  tierra.
Yo era  la única invitada de la clase, los demás concurrentes eran los primos o hermanos, siempre torvos y agresivos. Me sentía  un poco  fuera de lugar con mi campera rosa.
Uno de los chicos  rompió el aro  de basquet, que cayó  en miles de añicos  en el  suelo. Junté  muchos  pedacitos de vidrio que se me  antojaron diamantes falsos que podría usar  en algun invento futuro. Los guarde para siempre en el bolsillo de la campera.
La torta, como era de esperarse,  blanca con adornos amarillos. El colorante  me pareció algo excesivo, de un matiz muy saturado casi  naranja en contraste con el   delicado tono  pollito que  tenian los firuletes de  mi  torta de comunión.
La luz mortecina  de la tarde y  los  pulóveres con hombreras de las mujeres me  daban un poco  de tristeza, como que estaba en una fiesta  falsa. La  noche  iba a  llegar, entonces volver en el auto con los restos de la torta. La modorra  y  la sensación del polvo pegado al pelo y al cuerpo.
Los baños de cada uno de los familares, con el  tele y la angustia dominguera de fondo…
Ya se  que todo está en mi mente, pero no puedo ignorarlo, todo esto esta pegado  a esa rama seca que puedo  ver  por la ventana del living, esta mentira de  invierno.

Irrecuperable




And thus, as a closer and still closer intimacy  admitted me more unreservedly into the recesses of his spirit, the more bitterly did I perceived the futility of all atempt at cheering a mind from which darkness, as if  an inherent  positive quality, poured forth upon all objects of the moral  and physical universe in one unceasing radiation of gloom.

                                                                                   
  The Fall of the  House  of Usher
  Edgar Allan Poe

Faion in de siti


Resulta que hay pendejos fashionistas hurgando en los roperos de sus abuelitas de pueblo 
 para encontrar saquitos raros. Después se ponen el saquito + una remerita, collares y sombrero de marica sensible y se sacan fotos.
Material girls del tercer mundo.
Suben sus looks en paginas de streetstyle. 
En el background de las fotos se ve el resto de la mersa mal vestida, con cortes aburridos, tomando cócteles de mierda en vasos descartables…


Saskias



Todas las  chicas que se llaman Saskia tienen

cara de muñeca, con mejillas rosaditas mientras 

caminan por una calle azul. 

Con una blancura imposible en el cuello, tocadas con un 

gracioso pañuelo. Todas las chicas  que se llaman Saskia

son bellas. Todas trabajan como editoras de revistas   

que sólo pueden existir en Escandinavia porque la 

economía permite la diversidad, al menos por un tiempo.

Como esos escaparates inexplicables en Berlin 

o el  bar de Linienstrasse, cuya dueña (rubia  y 

probablemente Saskia)  abría todas las mañanas (no todas en realidad) alrededor de las 11 

AM. Yo la miraba por la ventana mientras desayunaba. Estaba siempre divina y acomodaba 

los almohadoncitos de su Bistró calzada con unos zapatos que yo nunca tendría el  coraje 

de usar  antes del mediodía. Ni a la tarde, ni nunca, mirando por la ventana y sintiéndome 

bruta-fea.

Todas las Saskias salen por  la noche  a divertirse con sus amigos, compran ropa  en COS  y  

toman  capuccinos. Todas viajan   mucho y se imaginan que les  gustaría conocer 

Latinoamérica.

Flashback


Sigue  intacta la emoción  de presenciar la  escena  en la que  me dí cuenta de que algo estaba definitivamente mal  con mi prima.
Ocurrió en  segundo  grado (circa 1985),  nuestra maestra  era una evidente psicópata, aunque   eso es evidente ahora.  En ese momento solo era demoníacamente  mala y poderosa, como la  madrastra de  la Bella Durmiente que se convertía en un dragón negro  gigante. El verdadero diablo.
Su favorita  era mi prima, que en ese momento era un cachorro cuyos encantos rozaban el grotesco. Easy to love para una  solterona seca  como  la Señorita Adela.
La  tenía embobada con sus tontas gracias y sus pucheritos. El resto del curso  éramos  mudos testigos-espectadores de  esta  chocante comedia  entre la maestra y  su  mascota: las diferencias, el perdón facil y las palabras cariñosas, casi un poquito pasadas  de la raya para  una relación  formal de  docente y alumna. Y, claro, los gruñidos y la  siniestra  risa para  todas aquellas que no eramos su mascota.
Yo  ya tenía escalofríos  cuando escuchaba  a la señorita Adela  reprochar con ternura (las sonrisas y la dulzura eran algo que en ella daban mas miedo que  la ira) a mi prima por no haber resuelto  bien  una división. Las matemáticas  ya empezaban a ponerse peludas a esta altura.
Como teníamos prohibido  hablar entre nosotras, en el  aula siempre había un  silencio horrible o por lo menos asi recuerdo la escena.
Detrás de  de mi prima  se sentaba  Constanza O., quien  vendría a ser  la antihéroe de la clase. Justo  detrás.  Constanza era  un tema:  muy pálida, ojos  grandes  y  unos pelos  tristemente rubios. Megatímida, no hablaba con nadie. La Señorita la odiaba  y encima  era lenta para los números, se colgaba, no hacía bien la tarea.  Frecuentemente  se  adjudicaba ladridos  como de dobermann por parte de la Señorita Adela. Por ser  freak y por tener esa campera marrón espantosa.

Un día  Constanza había llevado  flan de merienda. No sé que clase de madre  manda al colegio a su hija con un  táper  tipo vaso de  cocktail  lleno  de flan, todo  desarmado. Constanza, apenas llegó a clase ese día, sacó  su táper de la mochila  y lo puso  en una esquina de su mesita. Trabajó toda la mañana  feliz con su cuadernito, su cartuchera  y su táper con rica merienda que su Mamá  le había  preparado. *
Media hora antes del recreo, en medio  de un silencio  descomunal, ocurrió  un accidente  idiota. Quizás fue culpa de mi prima que con un torpe codazo  derribó el táper o fue Constanza, decidida a zanjar diferencias con su  antagonista o quizás solo  estaba  mal tapado y el  viento lo derribó.
No alcancé a verlo, solo levanté la cabeza de  mi hoja llena de divisiones   deformes para   ver como la Señorita  Adela  descargaba su furia  verbal contra  la pobre Constanza:
-“Mirá lo que le has hechoooooo!!!!!!!!!” aullaba. 
El  táper estaba en el suelo, el flan desparramado y parece, la campera  rosa de mi prima había sido salpicada  durante la caída .
Mi prima  se quejaba del percance poniendo su  carita mas encantadora, la Señorita se incendiaba de  violencia y  Constanza se parecía  como nunca antes  a un fantasma encogiéndose.
Y ahí lo ví todo: me di cuenta que  mi prima  exageraba, es decir, estaba  disfrutando con  la destrucción en vivo de su compañerita de  segundo  grado,  paladeando el degollamiento de este  cordero  en  su honor,  ejecutado por su  mas fiel súdbita, la Señorita Adela.
Me estremecí. Creo que bajé la vista.
-Demian…- pensé.           

* Pocos días  después de este  episodio, Constanza dejó de  ir a clase hasta  que   finalmente abandonó el colegio. Estábamos a  mitad  del  año lectivo.

Parámetros

La  vida es asi: algunos   se inspiran con  Patch Adams y  otros   tomamos

como parámetro  Blow Up ...


           

El otoño esta empezando a ponerse hermoso

Y yo nadando en un mar de puré  as usual.
Alexander  Mc Queen   se suicidó el dia después de que  enterró a su madre. Dicen  que  hacía  mucho tiempo  que  quería hacerlo pero  la idea  de  hacer sufrir a su madre  se lo impedía.
Puedo verlo todo:  la ceremonia solemne-incomprensiblemente británica, él  recibiendo  las condolencias,  todo el trámite engorroso  del mourning, pero en su cabeza sacando cuentas  y descontando minutos.
Después,  caminando, casi corriendo,  casi dando saltitos hasta el  auto y  llegar a  su casa. Ordenar  todo, quizás bañarse como  quien  está por tomarse un avión o  planea renunciar al trabajo  mañana para empezar  una vida  nueva, alocada y riesgosa.
Después,  organizar el  dispositivo de ahorque en  el preciso  lugar  en  el que  había planeado alguna noche  sin sueño  y comprobar  su efectividad.Todo tranquilo, todo casi cantando por lo bajo.
Y listo, mañana  no habrá  mas Alexander por aquí.

O una  modelo asiática haciendo lo propio en  París, una tarde azul, interminable.
Un dia  que fue  azul desde que que empezó, con  tenues  copos de nieve.
A las tres de la tarde  (en realidad  un dato  insignificante para ella  que hace meses que vive en un continuo  de tiempo, de sol pálido y  abrigos caros)… entonces, a las  tres de la tarde, en su  piso  silencioso y vacío, las paredes (de esas con molduras pintadas de  un  blanco exquisito) desprenden  una fosforescencia  celeste. 
Ella, con sus delicados rasgos extenuados  de tanto  llorar entre desfiles y  sesiones de foto para  Vogue.
Hace días  que no come  ni duerme,  enfundada en  sus jeans y  su saco de piel, no sabe  cómo  prender la calefacción, aparentemente hay algun problema en el edificio… pero  ya no puede siquiera  ir a comprar comida y mucho menos  hablar  con el portero en  francés.

Mismo mecanismo:  buscar un  sitio propicio en donde montar el  dispositivo, aunque en verdad
ya  lo había  elegido el primer día  en que se mudó al departamento.
Minutos  después, el silencio continúa y  la torre Eiffel  parpadea  a lo lejos, helada.


25 ene 2011

Hoy


Enseguida  me di cuenta que  iba a llover.  Habia ido perdiendo conciencia de mi cuerpo  mientras miraba el verde profundo  del patio. 
De repente,  me vino  con mucha   claridad  el sonido de perros  ladrando, muchos perros ladrando, acaso  en todo el barrio: 
eran casi un murmullo, pero  innegables.
Me dije que  tendria que estar escribiendo, o  escuchando el  disco que me gusta escuchar cuando llueve, pero no podía levantarme de la silla.
El cielo se  ponia  verde, gris, extraterrestre.
Minutos despues caían  cascadas de  los  aleros.
Me escapé con un pretexto, una ventana abierta, la posibilidad de un inundación.

Otra  vez preguntandome por qué  aquí  y no en otro lugar.  Yo que quería  paisajes con niebla  o blancos de nieve o  cielos  que dan miedo. Soy una  nostalgia latinoamericana por algo  que quisiera ser y no es.
Aquí estoy, lamentándome entre  hojas de palmera, mirando hacia el horizonte, suspirando ciega bajo el sol,  por un espacio-tiempo que  no me tocó vivir.
En cambio, a mi  que me gusta tanto la lluvia,  hoy me tocó  sacar cinco baldes enteros del agua  filtrada entre goteras y  resumideros tapados... en ojotas claro, con olor a perro mojado...