Sería como con las ultimas cinco novias semiformales o como con las primeras tres esposas: al principio estaría profundamente obsesionado y hasta creería que era amor lo que sentía. Se entregaría a una intensa exploración física y emocional del objeto de su afecto que lo tendría inmerso meses o quizás un par de años, al cabo de los cuales, es claro que el entusiasmo habría decaído de manera espectacular.
Esto último era literal: un dia indeterminado, lo asaltaba una imagen (de la misma manera que lo asaltaba la ventana azul) y ya nada volvía a ser lo mismo.
Todo lo antes fascinante de su chica, se volvía de pronto…tedioso.
Un chiste que ya no causa gracia y que empieza a generar un poco de repulsión porque refleja una imagen deforme de uno mismo, alguien que ya no se es más…
Entonces sobrevenía una aplastante tristeza, dejaba de ver a todos, no podía siquiera atender el teléfono.
Se aislaba unas semanas en su casa de la playa y... grababa un disco en su estudio casero.
Con esta no sería excepción, aunque de momento no pudiera imaginarlo, llegaría el dia o la noche o la tarde en que se le revelaría la evidencia. Ya sabía que ocurriría.
Lo que lo alarmaba era que el período de absorción en sus chicas era cada vez mas corto. De igual manera, los intervalos entre discos eran mas cortos. Entonces había estado produciendo mas discos que nunca, con la consecuente pérdida de calidad que esto supone.
Menos calidad, mas ventas. Mas ventas, mas vicios. Mas vicios, mas dependencia. Mas dependencia, mas discos y asi…
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