19 de septiembre de 1989 – 23:00
Frente a un estadio repleto de aullantes fans, nuestro héroe, enfundado en reluciente cuero negro, anuncia el comienzo de la gira promocional de su último disco “Espejismos” que al segundo dia de estar a la venta ya era un éxito arrasador.
Es su tercer disco, su segundo éxito masivo, su decimo año en el camino, su tercera esposa y su primer hijo, casi su cuarta década de vida.
Aunque la emoción violenta lo invade, tiene tiempo de sacar estas cuentas rápidamente con una parte oscura y fría de su cerebro. La vida que lleva en esos dias es exactamente como había fantaseado alguna vez e incluso más. Todo es para él y todo lo mejor, también.
Se asemeja a un dios al que la humanidad entera desea colmar de ofrendas. Aveces sueña que es un estatua de piedra, de proporciones titánicas, a cuyos pies desfila un procesión incesante de fieles, cargados con flores de los mas increíbles colores. Cuando despierta, está impregnado de una extraña sensación: siente nostalgia de ser estatua, de tener esa quietud pétrea.
Al mismo tiempo, en una clínica privada del centro de la ciudad, acaba de nacer una niña. Su madre es una rubia falsa que quiso ser conductora de TV pero solo alcanzó a hacer algunos spots publicitarios para Coca Cola a mediados de los 80.
Por esa misma epoca conoció a un ambicioso vendedor de autos que necesitaba levantar su imagen pública.
El look amazona de la rubia le vino como anillo al dedo. Se casaron, el le prometió de todo y cumplió.
Ella se olvidó de sus sueños de fama embriagada con Poison de Dior, rebotando sus hombreras en los espejos ahumados de su departamento de Avenida Quintana.
La recién nacida es la primera hija del matrimonio. Su mamá la criará como a un caniche toy de lujo, complaciendo todos sus caprichitos y aclarándole el pelo desde los 5 años, momento en que le pareció estaba empezando a oscurecerse, amenazando su futuro de gloriosa rubia. Desde pequeña, tendrá muy claro que lo suyo son los espejos y las cámaras. Pero eso es todo. En su infatigable búsqueda de espejos y cámaras será que veinte años mas tarde quedará involucrada en un confuso episodio en un hotel: un rocker cansado morirá a su lado mientras duerme.
Ahora mismo, el rocker está tomando champagne con su manager.
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