“En los ochenta no era tan fácil estar a la moda, dependías de la buena onda de algún amigo que trajera los elementos necesarios de un viaje por europa o USA : cassettes, una remera, bijou o mousse para los peinados tipo The Cure.
A falta de eso había que improvisar, la ventaja es que de noche y en el escenario todo se veía creíble y no había tanto output internacional como para generar comparaciones odiosas… quiero decir: no existia Mtv, ni habían tantas revistas con fotos de bandas extranjeras con mayor presupuesto, la calidad de impresión de las tapas de discos y booklets era pobre en general.
De todas maneras, tampoco estábamos tan mal, teníamos una línea estética contundente… aunque en verdad fuera una amalgama de todas las tendencias visuales y sonoras del pop inglés y americano de la época y nuestros peinados dark contradijeran las hombreras y sombreros tipo Culture Club que nos gustaban tanto… pero no importaba, teniamos éxito porque en esos tiempos la emoción de ver una banda de rock en vivo que sonaba como si fuera de verdad era demasiado fuerte”
Fragmento del diario personal de Tony Saenz
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