Algo que la gente de provincia no entiende es que en Buenos Aires hay un proximidad real y peligrosa con el showbiz.
Hay posibilidades concretas de que cualquiera se vuelva famoso a escala masiva.
Se nota en el hablar de algunas personas: hasta en una conversación cotidiana dá la sensacion del que el interlocutor está haciendo declaraciones de prensa. Uno puede respirarlo en la calle, donde el porcentaje de rubias con botas y pequeñas mascotas, subiendo o bajando de autos lujosos es alto o en el orgullo mal fundado de ciertas mucamas de Barrio Norte que hacen sus diligencias disfrazadas de maids por sus delirantes patronas.
Mirando los noticieros de la capital uno encuentra que la gente de la calle hay una predisposición natural a hablar en cámaras, algunos se muestran complacidos cuando los paran en la calle para preguntarle algo. Incluso parece que tuvieran su papel largamente ensayado, frente al espejo turbio del bañito del dos ambientes en Caballito.
Usan palabras de moda y términos espectaculares.
Ultimamente se nota cierta avidez desesperada en algunos personajes de barrios marginales que se ofrecen para relatar algún hecho policial. Hasta esa breve interpretación podría asegurarles una fama repentina como una invitacion a un talk show.
Es natural entonces que las chicas bonitas y adineradas crezcan con la idea de que están protagonizando una telenovela de alto rating en tiempo real o que los chicos lindos que estudian en universidades privadas sueñen con tener bandas de rock, sacar discos y salir de gira por el mundo…
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